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Órbita celeste

jueves, 9 de marzo de 2017

Anécdotas Celestes: Aquella mágica noche en Anfield.



- Casi puedo hablar de memoria de aquella noche. Han pasado casi veinte años, pero es inolvidable ese momento en el que Celta se hace grande en Europa tumbando a todo un gigante europeo como el Liverpool, uno de los clubes extranjeros más admirables del planeta. Por entonces era aún más poderoso. Recuerdo que se hablaba de Anfield como una fortaleza de la cual muchos se habían ido de vacío durante un año, pero la racha estaba a punto de cambiar...

Aquella apisonadora celeste venía de derribar a todo un Aston Villa. El equipo de Víctor Fernández se había ganado una gran fama por Europa y muchos hablaban de aquel "fútbol de seda" fabricado con la imaginación de futbolistas como Karpin, Makelèlè, Mazinho, Mostovoi y Revivo, entre otros.
Temporada 1998\99. Tras superar el duro escollo ante el conjunto de Villa Park, los célticos se las tuvieron que ver con el equipo de The Beatles, los "Reds"... el temible Liverpool F.C.

Djorovic tapa una maniobra de Michael Owen. 
- La ida se celebró en Balaídos, el 24 de noviembre de 1998. El equipo vigués sacó un buen resultado para hacerse respetar antes de pisar el santuario de Merseyside. Por 3-1 vencieron los celestes gracias a los tantos de Karpin, Mostovoi y el inolvidable Gudelj, habiendo remontado el gol de Michael Owen, cuyo gol intentarían hacer valer los ingleses en el partido de vuelta.
Recuerdo abrir el diario Marca y encontrarme una foto de Michel Salgado, Karpin y Mostovoi en la mítica caverna de Los Beatles. La noticia hablaba de un Celta sin complejos capaz de tomarse un partido como un reto histórico en el que solamente mandaría el fútbol. Con esa idea llegaron a Anfield los jugadores de Víctor Fernández, quien había engrasado la máquina para seguir luciendo buen fútbol y así hacer valer el resultado de la ida.
Así llegó aquel apasionante 8 de diciembre de 1998. Las luces navideñas consentirían el resplandor céltico que aquel día se manifestaría sobre el verde de Anfield. El estadio presentaba un ambiente muy cálido pese al gélido clima de aquella época invernal. Los aficionados ingleses no paraban de cantar el "You never walk alone", algo así como "el Padre Nuestro" del santuario del Liverpool.

Entre los locales se hallaban jugadores de la talla del ya citado Michael Owen, el irlandés Stauton, un joven Gerrard y el internacional checo Patrick Berger. Escuchar de boca del locutor nombres como esos y los de Robbie Fowler, Riedle o Carragher ya causaba bastante respeto.
Pero a aquel Celta no le asustaba nada, y es que entre su plantilla también se hallaban jugadores de gran reputación. El técnico celtiña alineó a los siguientes héroes: Dutruel, Michel Salgado, Djorovic, Cáceres, Berges, Mazinho, Makelèlè, Mostovoi, Karpin, Revivo y Sánchez. El búlgaro Lubo Penev no podría figurar en aquella gran cita por hallarse sancionado, por lo que el partido se antojaba aún más complicado.

La cosa comenzó como muchos esperaban. Los ingleses ejercieron de dominantes impulsados por la garganta de miles aficionados "Reds". El Celta se mostraba algo más tímido que en el partido de ida, aunque hilaba su fútbol poco a poco para que los contrarios supiesen a quien se estaban encarando.

La clave del partido llegó en el minuto doce del segundo tiempo. Makelèlé combinó en corto con Mazinho para realizar un genial pase en diagonal a un compañero de ataque. Por la banda izquierda apareció la silueta de Haim Revivo, que tomó el esférico para inventarse una serie de regates a la velocidad del rayo. El israelita se fue de uno, se fue de otro y puso el balón en las mallas con un excelente derechazo a sabiendas de que su pie bueno era el izquierdo.

Aquel magistral tanto de Revivo congeló todo Anfield y gran parte de Inglaterra. Mientras, el protagonista corría enloquecido para dedicar su obra de arte al pequeño Bar, su primogénito. El crack se levantó la elástica celeste para lucir una foto de su hijo en el que se podía leer "Revivinho", haciendo quizás un guiño a su compañero Mazinho. Los compañeros abrazaron al goleador y se miraban unos a otros orgullosos, conscientes de que estaban a punto de tumbar a otro grande de Europa.

Haim Revivo celebra el único tanto del partido que enfrentó a Liverpool y Celta en Anfield.

- Y así sucedió. El colegiado Hartmut Strampe decretó el final del partido y los célticos celebraron el pase a la siguiente ronda tras derrotar al Liverpool por 0-1. Todos los medios nacionales e internacionales dedicaron maravillosas palabras a un equipo que empezaba a causar respeto por Europa. Esta es sin duda una de las mayores gestas del Celta en su historia, una hazaña de las que da gusto vivir y rememorar años después.

Aquel Celta pudo llegar lejos, y eso se intentó. Pero los de Víctor Fernández no pudieron con su siguiente rival. El Olympique de Marsella acabó con el sueño celeste en los cuartos de final, una ronda de la que el equipo vigués nunca ha podido pasar en la Copa de la UEFA, conocida actualmente como Europa League.