- Puede que suene al anuncio de una cerveza, pero es posiblemente el mejor presidente que tuvo el Celta. Seguro que muchos le llegarán a recordar como el presidente del centenario, pero Manuel Carlos Mouriño Atanes ha hecho mucho más por este club.
Recuperó la identidad gallega de un equipo que trabajó bien la cantera, y muchos grandes futbolistas gallegos son ahora de los mejores que hay por Europa. Se puede decir que todos se fabricaron en A Madroa. También fundó las instalaciones de la Ciudad Deportiva Afouteza y luchó por mejorar el estadio de Balaídos. Además, ha dejado al Celta en Primera División durante más de una década, aunque últimamente corra peligro.
Se ha marchado en un momento delicado, en pleno Centenario del R.C. Celta y en puestos de descenso. Cedió el testigo a su hija Marián Mouriño, la actual máxima mandataria que tratará de reconducir la pésima situación del equipo. Así pues, la era Mouriño no se debe dar por finalizada y es probable que Carlos Mouriño reaparezca cuando sea necesario.
También se puede hablar de polémicas: jugadores marginados, pésimas finalizaciones con algunos entrenadores y esas malas relaciones con Abel Caballero, el alcalde de Vigo. Todos hemos sido conscientes de la rivalidad entre ambas personalidades.
Abel Caballero y Carlos Mouriño acabaron enfrentados por la remodelación de Balaídos. |
- Carlos Mouriño nació en Vigo (España), el 4 de marzo de 1943. Mientras cursó sus estudio en los Salesianos de Vigo, fue trabajando en una agencia de viajes como administrativo, y más tarde en una empresa de recambios automovilísticos.
Desde joven se atrevió a buscarse la vida lejos de Galicia, añorando siempre su tierra natal. Mouriño se plantó en Madrid para trabajar en una empresa norteamericana de equipamientos marítimos, que posteriormente entraría en crisis. Por ende, el osado empresario viajaría a México, donde realmente prosperaría.
En 1978 se hallaría en el país centroamericano y, motivado por su suegro, decide fundar Ivancar, una compañía de fabricación de tapetes para automóvil. Pero su mayor éxito empresarial llegó con Grupo Energético del Sureste (GES), una cadena de gasolineras de Campeche que se expandía por cuatro provincias de México, sumando un total de 35 gasolineras a su poder.
Pese a alguna que otra decepción, Mouriño siguió trabajando con esmero y fundó otras empresas, así como supo asociarse a otras para generar más fortuna. Su amor por el Celta le llevaría a cumplir con otros retos a los que no estaba acostumbrado.
Mouriño logró atar a Iago Aspas hasta el 2023. |
El 16 de junio de 2006 toma las riendas de la presidencia, cogiendo un equipo que optaba por jugar en Europa que acabaría descendiendo a Segunda División en su primer año de mandato. Al empresario vigués le aguardaban cinco años de penurias en la categoría de plata, así como la difícil tarea de sanear las arcas del club.
Por entonces no quedó otra que tirar de cantera. Mouriño pretendió "galeguizar" el equipo desde su llegada, y mucho mérito tuvo la gran labor que se hizo por A Madroa. Entonces se cultivó el talento de jugadores como Borja Iglesias, Denís Suárez, Joselu Mato, Brais Méndez, Hugo Mallo y muchos otras futuras perlas. Eso sí, a ninguna perla se mimó más que a Iago Aspas, ídolo del celtismo.
Por retener a Aspas siempre luchó Mouriño, algo que tampoco fue tan difícil teniendo en cuenta el sentimiento celtista del jugador. Con Iago y otros más, el Celta conseguiría celebrar el anhelado ascenso a Primera División al término de la campaña 2011\12. Fue el primer gran logro del "presi".
Fue difícil mantener al Celta en Primera en su regreso. Fue necesario destituir al gran Paco Herrera y se buscó la calma con la llegada de Luis Enrique Martínez de cara al curso 2013\14. Gracias a ello y la óptima planificación de la plantilla, el equipo conseguiría mantenerse en la élite sin problemas... y aún llegarían planes mejores de cara al futuro.
Se fue Luis Enrique y llegó un viejo conocido de la afición celtiña. Eduardo Berizzo sería el elegido por Miguel Torrecilla para hacer soñar a todo Balaídos. Quien antaño sirvió como futbolista céltico, entonces se convertiría en director del vestuario.
Aquel Celta engrasaría la máquina para poder regresar a Europa. Mouriño realizó una brillante gestión que convertiría a su empresa en otro "Eurocelta" temido otra vez por Europa, capaz de llegar a medirse a todo un Manchester United en la semifinal de la Europa League. En Copa del Rey se conseguiría alcanzar la misma ronda.
Fue entonces cuando surgió un Mouriño con mucho más carácter, capaz de marginar a jugadores, bien por negarse a renovar o por interferir en sus intereses personales. Un pequeño sector de la afición ya empezaba a estar en contra del máximo mandatario, y así se inició una etapa de poca estabilidad.
Fueron pasando más entrenadores, pero ninguno supo hacer olvidar al "Toto" Berizzo. Lo más parecido que pasó por el banquillo de Balaídos fue su tocayo y compatriota Eduardo Coudet, otro ex-jugador del pasado.
Con el míster bonaerense se llegó a disfrutar de un fútbol similar al de su paisano, pero la falta de ambición en cuanto a fichajes haría que el equipo compitiese a lo de siempre, a luchar por no descender. Eso terminaría con la breve estabilidad que pudo dar Coudet.
Tampoco llegaría mucho más lejos la relación con Felipe Miñambres, el director deportivo que cedería su sitio al portugués Luis Campos. Éste no supo mejorar a nadie. Es más, como también director del Paris Saint Germain, siempre estuvo más centrado en el club francés que en la relación laboral que le unía al R.C. Celta de Vigo.
El equipo se empezaba a acostumbrar a sufrir, un mal de toda la vida del celtismo. Eso sí, con las arcas más saneadas que nunca, no se supo dar con una plantilla adecuada, aunque tampoco se mantuvo a jóvenes valores que hubieran ofrecido un mejor futuro al club.
El caso de Gabri Veiga acabó incendiando a todo el celtismo. La nueva perla viguesa sería el encargado de salvar el último descenso de un Celta manejado por Carlos Carvalhal, quien no sería renovado al término de la campaña 2022\23. Terminada la misma, se conoció el interés de muchos clubes interesados por el joven centrocampista Veiga.
Llegaba el momento del Centenario y se afrontaba con ilusiones renovadas. Para el banquillo se contrataba al prestigioso entrenador Rafa Benítez y se trajeron refuerzos que inicialmente fueron aplaudidos por la afición. Sin embargo, la marcha de Gabri Veiga y la escasez de hombres por puesto acabaron por desesperar a los fieles seguidores celtistas.
Carlos Mouriño aguantó como presidente del R.C. Celta durante 17 temporadas. |
- Arrancaría la temporada 2023\24, sembrando ya dudas en cuanto al nivel de la plantilla. Benítez contó con mayor crédito, pero el Celta empezó a caer en picado y se ubicó entre los peores competidores de la Primera División española.
Mientras tanto, muchos medios ya iban rumoreando sobre la posible cesión de la presidencia. En pleno centenario celeste, Mouriño planearía apartarse cuando más ayuda necesitaba el celtismo. Por su parte, los pupilos de Rafa Benítez no daban pie con bola y cada vez se crispaba más la gente de Balaídos, hasta el punto de pedir dimisiones todas las jornadas.
Con nueva ciudad deportiva, estadio remodelado, un club saneado y en Primera División, Carlos Mouriño decidió dejarlo todo. Aún queda pendiente la planificación del Galicia Sports 360, algo que reuniría diversas modalidades deportivas de Galicia, y en las que seguramente el ex-presidente céltico estará presente.
El 11 de noviembre de 2023, Mouriño puso fin a más de diecisiete años en la presidencia del R.C. Celta. Aguantó hasta el Centenario, para dar paso a su hija Marián, que ya figura como la primera presidente de nuestro querido club.