- Francisco Javier Oliete Valle
- Nacido en Zaragoza, el 9 de Septiembre de 1970
- Lateral izquierdo
- Equipos: R.C. Celta de Vigo \ Sporting de Gijón \ Albacete \ Lleida \ Teruel \ Villarrobledo \ Atlético Tarazona \ Villarreal \ Barcelona B.
- Oliete fue aquel jugador que no tuvo fortuna en su paso por el Celta de Vigo, un lateral izquierdo que tuvo que padecer una grave lesión que no le permitió triunfar como pudo esperar cualquiera que le vio jugar. Este carrilero zaragozano tuvo la suerte de jugar en Primera División, algo de lo que no muchos pueden presumir y de lo que está muy agradecido. Así mismo lo refleja Javi para Fame Celeste: "Estoy muy agradecido al Celta, siento cariño por el club y por todos aquellos a los que conocí. El fútbol de entonces era otra cosa. Eran otros tiempos".
Desde aquí quiero agradecer su atención y pedir disculpas por la falta de información. Agradezco de corazón su colaboración y ese año en el que dedicó todo su esfuerzo por la camiseta celeste. Sin duda, fue un profesional y un gran tipo.
Se formó en la cantera del F.C. Barcelona junto a los Sergi, Busquets, Christiansen, Sánchez Jara y Pinilla, bajo la dirección de un viejo conocido de la afición olívica, Quique Costas. Corría la campaña 1991\92 y su rendimiento en el filial culé fue suficiente para llamar la atención a un club de Primera División, el Albacete Balompié.
- En el club manchego pasaría dos temporadas en las que dejó claras muestras de calidad. Disputaría 34 partidos en total y anotó un tanto frente al Valladolid en el Carlos Belmonte. Fue uno más en ese equipo que se puso de moda bajo el pseudónimo de "El Queso Mecánico", con jugadores como Conejo, Zalazar, Geli, Menéndez, Chesa o Catali. Aquel equipo, a las órdenes de Benito Flor, acabaría dando mucha guerra.
En 1993 llegaría al Celta de Txetxu Rojo para competir por el lateral izquierdo con todo un internacional olímpico como Rafa Berges, quien se benefició de la lesión del bueno de Oliete para ir a aquellos Juegos Olímpicos de Barcelona 92. El zaragozano tenía su sitio asegurado en la España olímpica, pero las rodilla empezaría a perjudicarles hasta en los momentos más importantes.
Txetxu Rojo le hizo debutar el 5 de septiembre de 1993 en Riazor. Corría la primera jornada de liga y el conjunto vigués sacaría un empate a cero frente a su eterno rival, el Deportivo de la Coruña. Oliete formó en defensa con Otero, Patxi Salinas y Alejo en un insulso derbi gallego en el que el defensor aragonés cuajaría una gran actuación, secando el ataque de un equipo de moda en la llamada "Liga de las Estrellas". Oliete dejó entrever su talento en el primer derbi de la temporada y así trato de seguir.
Continuaría jugando como titular en las primeras jornadas del ejercicio 93\94, hasta la recuperación de Berges, quien volvería aprovecharse del mal estado físico del maño. Aquellas lesiones le amargarían la carrera.
En sus 17 partidos con el Celta no hizo ningún gol, pues no debería contar el que se hizo en propia puerta frente al Atlético de Madrid, recientemente salido del banquillo. Por fortuna no hizo mucho daño aquel error defensivo, pues el cuadro olívico acabaría venciendo por 3-2 en un vistoso partido.
Fue un año sensacional del Celta en la Copa del Rey, que acabaría con el equipo plantado en la final el 20 de abril de 1994, en un escenario inolvidable para enfrentarse al Real Zaragoza en el Vicente Calderón. Por desgracia, Javi Oliete no jugaría en aquella final.
- Txetxu Rojo sabía que ese día se jugaban todo el prestigio de la temporada, que el equipo podría hacer el primer título de la historia. Así que tuvo que sacar un once de calidad que hiciera frente a un Zaragoza con una plantilla muy potente: Poyet, Higuera, Cáceres, Cedrún, Gay o Aragón, eran algunos de sus grandes jugadores.
En aquel equipo titular de la final de Copa, el entrenador bilbaíno no quiso contar con Oliete, y decidió alinear a Jorge Otero, un gran lateral capaz de actuar por las dos bandas.
Finalmente, el Celta se quedaría sin premio en esa triste final. Se lo jugaron todo en la tanda de penaltis y no hubo esa suerte de campeón, la que sí respaldó al conjunto zaragozano.
Oliete sabía que no tenía mucho futuro en aquel equipo de los Engonga, Gudelj, Ratkovic, Otero y Cañizares, de quienes guarda bellos recuerdos. También recuerda con cariño a Alvarito, fiel masajista del Celta. Disputó su último partido con el conjunto vigués tres días después de la final de la Copa del Rey. Su despedida no pudo ser peor, con un F.C. Barcelona -equipo en el que se formó-, que le endosaría al Celta cuatro goles en Balaídos en un penoso partido de los de Rojo.
Al final de la liga el Celta se salvaría de descender a Segunda División. A Oliete no le quedaría más remedio que irse con la sensación de no haber podido triunfar por Vigo, aunque se marcharía habiendo aprendido mucho en la élite. Se marchó sin hacer mucho ruido y con el amargo recuerdo de esas lesiones que no le permitieron triunfar, aunque todavía le quedaba camino por recorrer en la máxima categoría.
- Volvería al Carlos Belmonte. En la campaña 94\95 no fue muy utilizado por sus técnicos en el Albacete, participando en trece partidos con los manchegos, pasaría a fichar por el Villarreal, y luego se marcharía a Gijón para continuar jugando en la máxima categoría con el Sporting.
Después de jugar con los asturianos comenzaría a bajar de categorías a la vez que su carrera se iba agotando. Jugaría durante la temporada 1997\98 en Segunda División con el Lleida, y finalizaría su carrera jugando en equipos de la categoría de bronce: Villarrobledo, Atlético Tarazona y C.D. Teruel, donde jugó durante cuatro campañas antes de colgar las botas en 2006.
Se formó en la cantera del F.C. Barcelona junto a los Sergi, Busquets, Christiansen, Sánchez Jara y Pinilla, bajo la dirección de un viejo conocido de la afición olívica, Quique Costas. Corría la campaña 1991\92 y su rendimiento en el filial culé fue suficiente para llamar la atención a un club de Primera División, el Albacete Balompié.
- En el club manchego pasaría dos temporadas en las que dejó claras muestras de calidad. Disputaría 34 partidos en total y anotó un tanto frente al Valladolid en el Carlos Belmonte. Fue uno más en ese equipo que se puso de moda bajo el pseudónimo de "El Queso Mecánico", con jugadores como Conejo, Zalazar, Geli, Menéndez, Chesa o Catali. Aquel equipo, a las órdenes de Benito Flor, acabaría dando mucha guerra.
En 1993 llegaría al Celta de Txetxu Rojo para competir por el lateral izquierdo con todo un internacional olímpico como Rafa Berges, quien se benefició de la lesión del bueno de Oliete para ir a aquellos Juegos Olímpicos de Barcelona 92. El zaragozano tenía su sitio asegurado en la España olímpica, pero las rodilla empezaría a perjudicarles hasta en los momentos más importantes.
Txetxu Rojo le hizo debutar el 5 de septiembre de 1993 en Riazor. Corría la primera jornada de liga y el conjunto vigués sacaría un empate a cero frente a su eterno rival, el Deportivo de la Coruña. Oliete formó en defensa con Otero, Patxi Salinas y Alejo en un insulso derbi gallego en el que el defensor aragonés cuajaría una gran actuación, secando el ataque de un equipo de moda en la llamada "Liga de las Estrellas". Oliete dejó entrever su talento en el primer derbi de la temporada y así trato de seguir.
Continuaría jugando como titular en las primeras jornadas del ejercicio 93\94, hasta la recuperación de Berges, quien volvería aprovecharse del mal estado físico del maño. Aquellas lesiones le amargarían la carrera.
En sus 17 partidos con el Celta no hizo ningún gol, pues no debería contar el que se hizo en propia puerta frente al Atlético de Madrid, recientemente salido del banquillo. Por fortuna no hizo mucho daño aquel error defensivo, pues el cuadro olívico acabaría venciendo por 3-2 en un vistoso partido.
Fue un año sensacional del Celta en la Copa del Rey, que acabaría con el equipo plantado en la final el 20 de abril de 1994, en un escenario inolvidable para enfrentarse al Real Zaragoza en el Vicente Calderón. Por desgracia, Javi Oliete no jugaría en aquella final.
Oliete durante un partido con el Celta de Vigo . |
En aquel equipo titular de la final de Copa, el entrenador bilbaíno no quiso contar con Oliete, y decidió alinear a Jorge Otero, un gran lateral capaz de actuar por las dos bandas.
Finalmente, el Celta se quedaría sin premio en esa triste final. Se lo jugaron todo en la tanda de penaltis y no hubo esa suerte de campeón, la que sí respaldó al conjunto zaragozano.
Oliete sabía que no tenía mucho futuro en aquel equipo de los Engonga, Gudelj, Ratkovic, Otero y Cañizares, de quienes guarda bellos recuerdos. También recuerda con cariño a Alvarito, fiel masajista del Celta. Disputó su último partido con el conjunto vigués tres días después de la final de la Copa del Rey. Su despedida no pudo ser peor, con un F.C. Barcelona -equipo en el que se formó-, que le endosaría al Celta cuatro goles en Balaídos en un penoso partido de los de Rojo.
Al final de la liga el Celta se salvaría de descender a Segunda División. A Oliete no le quedaría más remedio que irse con la sensación de no haber podido triunfar por Vigo, aunque se marcharía habiendo aprendido mucho en la élite. Se marchó sin hacer mucho ruido y con el amargo recuerdo de esas lesiones que no le permitieron triunfar, aunque todavía le quedaba camino por recorrer en la máxima categoría.
- Volvería al Carlos Belmonte. En la campaña 94\95 no fue muy utilizado por sus técnicos en el Albacete, participando en trece partidos con los manchegos, pasaría a fichar por el Villarreal, y luego se marcharía a Gijón para continuar jugando en la máxima categoría con el Sporting.
Después de jugar con los asturianos comenzaría a bajar de categorías a la vez que su carrera se iba agotando. Jugaría durante la temporada 1997\98 en Segunda División con el Lleida, y finalizaría su carrera jugando en equipos de la categoría de bronce: Villarrobledo, Atlético Tarazona y C.D. Teruel, donde jugó durante cuatro campañas antes de colgar las botas en 2006.
Lástima que las lesiones sean siempre las culpables de frenar la progresión de un futbolista, pero como dice Oliete: "Así es la vida". Llegó al Celta tras una complicada lesión de pubis que derivaría en otras lesiones, lo que acabó por desquiciar a Javi, quien no tuvo suerte en el fútbol.
Le gusta mucho el deporte y sus rodillas le permiten disfrutar de paseos en bicicleta. Actualmente maneja un complejo hotelero y está apartado del deporte, tratando de olvidar esa traumático declive en su carrera, aunque agradecido de todo lo que adquirió como deportista.
Termino este artículo con un sincero agradecimiento a Javi Oliete, quien sigue llevando al Celta en el corazón, dicho con sus propias palabras. Agradecimientos por su dedicación al Celta y por ser tan cercano con Fame Celeste.
- Fuentes: (Faro de Vigo y Javier Oliete Valle).