- A veces el fútbol nos guarda bonitas casualidades que nos obligan a echar la vista atrás. Balaídos reunió a sus fieles ayer para vivir una cita histórica, un recuerdo en forma de gol. Fue todo un reto para Erik Alexander Expósito Hernández (Santa Cruz de Tenerife, 23 de junio de 1996), bisnieto de uno de los primeros futbolistas del Real Club Celta de Vigo, que militó en el equipo vigués allá por los años veinte, casi en los albores del fútbol español.
El recuerdo no es otro que el primer gol de Balaídos, el que hizo su bisabuelo Graciliano Luis hace casi noventa años, el 30 de diciembre de 1928. Aquel día se inauguraba el santuario celeste, el que curiosamente se halla en pleno proceso de reconstrucción actualmente.
Eran otros tiempos, pero la situación fue bastante parecida. En aquel partido de inauguración tampoco dieron tregua las condiciones climatológicas, llovía y hacía bastante frío. El estadio no estaba aún rematado, como está ocurriendo actualmente. Algunos aficionados de la época presenciaban desde el palco central las evoluciones de los obreros.
Graciliano, también tinerfeño, formó en un equipo entrenado por el recién incorporado Moncho Encinas, en el que estaba otro célebre canario llamado Joaquín Cárdenes y quien otrora ejercería como técnico principal del Celta de Vigo.
Al otro lado del terreno de juego se oponía un conjunto vasco, el histórico Real Unión de Irún, que en aquella primera cita de Balaídos se llevaría siete goles de recuerdo, el primero de ellos obra del delantero Graciliano.
Ayer, 5 de marzo de 2018, su bisnieto Erik quiso recordarnos que el viejo Balaídos ya cumplirá noventa años. Lo hizo marcando un gol que recordaría a uno de los futbolistas más importantes que vistieron de celeste, un jugador que pese a no haber pasado más de un año en Vigo, inauguró el marcador de uno de los campos más antiguos de España.
También delantero y con una planta de auténtico púgil del área, el joven Expósito aprovechó su debut como titular con la U.D. Las Palmas para hacer un guiño a la historia y marcar el primer tanto de su equipo, como ya había hecho su bisabuelo hace nueve décadas atrás.
Claro que este gol no beneficiaría para nada al Celta, solamente para recordar quien hizo el primer tanto de un Balaídos que a lo largo de casi un siglo ha celebrado infinitos goles para gusto del buen aficionado al fútbol.
En medio de un partido embarullado, de alto riesgo y con muchas imprecisiones, el joven canario se coló entre la defensa celeste para abrir un marcador que tan solo serviría para ilusionar a los visitantes. Jonny Otto y Tucu Hernández no podían consentir que tal dato histórico arruinase un partido dominado por los suyos. Tras el empate llegaría la sensacional jugada de Iago Aspas que le daría la posibilidad a Pablo de firmar un auténtico golazo (2-1).
Fue una victoria emocionante, una de esas remontadas que nos trasladan a aquellos tiempos en los que jugadores como Graciliano jugaban por dos perras. El Celta protegió Balaídos, que ayer rememoraba el primer balón que besó las redes de su portería, aunque por entonces fuera para inaugurarlas.
Erik Expósito celebra el tanto que abrió el marcador en Balaídos, noventa años después de que su bisabuelo hiciese el primero. |
- Desde luego que nada tiene que ver una época con otra. En los primeros años se pagaban cinco pesetas por presenciar el partido desde el palco y preferencia, cuatro por la lateral Río Fox, tres en Grada de Gol (con asiento) y dos por general. Hoy en día pagamos con otra moneda, e incluso hay otras comodidades.
En un Balaídos en plena ritidectomía, ayer se recordaron goles con sabor añejo. Erik Expósito quiso ser protagonista como ya lo fuera su bisabuelo aquel inolvidable 30 de diciembre en el que hizo el primer gol para la casa del Real Club Celta de Vigo. El joven Erik emuló a Graciliano, uno de los primeros delanteros en la historia del equipo vigués, el gran pionero de Balaídos.