miércoles, 10 de abril de 2019
Comienzan las matemáticas.
- Se acaba el curso y nadie quiere suspender. Es por ello que muchos ya comenzamos a jugar con las matemáticas para hacernos una idea de lo que puede pasar de aquí al final de la temporada. En este caso, todos queremos repetir curso y siendo positivos todo es posible.
Tenemos ya los cuadrantes y sabemos desde que empezaron las clases que el tramo final del campeonato no sería fácil, con cinco partidos a domicilio y otros tres en Balaídos. En una lógica de puntos, y teniendo en cuenta como ejemplo otras temporadas, el Celta debería asegurar la permanencia con cuarenta puntos.
Tampoco debemos descartar que la salvación se halle con 38 puntos, pues ya ha ocurrido en alguna ocasión. Eso sí, si son 39 mejor, que 38. Son 32 los puntos que el equipo vigués tiene a partir de ahora, por lo que en siete u ocho puntos puede estar la salvación.
Ahora tenemos una complicada salida, nunca imposible. El Atlético recibirá a los de Escribá con un equipo en cuadro, aunque en la escuadra gallega no estará Iago Aspas, el gran "Mesías" celeste. Pero los demás también son profesionales, y ahora es el momento de demostrarlo.
Tras el Atlético se recibiría al Girona en Balaídos, partido que el propio Aspas ve como ganable. Después tienen que afrontar dos complicadas salidas a Cornellà y Butarque para enfrentarse a Espanyol y Leganés respectivamente. Se podrían rascar puntos tranquilamente.
Visita complicada será la del Barcelona, aunque seguramente aterrizará en Vigo con la liga ganada y más centrado en las competiciones de Champions League y Copa. Después habrá que ir a San Mamés, campo siempre complicado pero en el que Brais sabe lo que es marcar para puntuar.
Por último, hay varias opciones para recibir al Rayo en casa para la última jornada: con la permanencia ya hecha, casi hecha, pendiendo de un hilo, ya sentenciados o, incluso pendientes de un extraño caramboleo como ocurrió el año del cuatro por ciento. Eso sí, cabe recordar que el golaverage solamente lo tenemos a favor con Villarreal y Huesca de momento.
Todos hacemos cuentas y todos queremos que cuadren, incluso los más optimistas pensamos que es probable que Balaídos sea una fiesta antes de recibir al Rayo. Para ello habría que rascar puntos fuera y victorias en casa, la más complicada será contra el Barça.
No obstante, empezar con un punto en el Wanda Metropolitano lo facilitaría todo y... ¿por qué no?, con una victoria sería mejor. Lo que sí está claro es que un empate en Madrid y una victoria frente al Girona nos dejaría casi en Primera pues, con varias jornadas por delante, solo tendrían que ir rascando puntos en sus siguientes compromisos ligueros.
Son siete jornadas. Ante Atlético, Girona, Espanyol, Leganés, Barça, Athletic y Rayo debemos sumar bien, restar ya es imposible. La salvación pasa por unas complicadas clases de matemáticas, exámenes que sí esperamos dejar para septiembre, pues eso supondrá que seguimos en Primera.
lunes, 1 de abril de 2019
Iago Aspas cimienta su monumento.
- Es el grito de todo el celtismo, incluso de muchos ex-jugadores y el mayor honor que se le puede rendir al Real Club Celta de Vigo como club. Muchos han sido los futbolistas que marcaron épocas en el equipo vigués: Polo, Nolete, Hermidita, Manolo, Vlado Gudelj, Mostovoi... Casi todos ellos piden el merecidísimo tributo al crack de Moaña, al que todos consideran una deidad y el gran estandarte del Celta: Iago Aspas.
Ya lo dice la camiseta de entrenamiento de Fran Escribá (FE). Sus siglas nos señalan lo que hay que sentir cuando vemos a Iago Aspas, una fe absoluta. Jesús resucitó al tercer día, lo del Dios celeste fue más meritorio, pues resucitó al cuarto mes y con ello resucitó club y afición.
Solo hay que verle, solo hay que escucharle. Sus lágrimas indican un sentimiento puro e intenso que solo el color celeste puede ofrecer. El jugador despeja balones cuando es delantero, pues evita sentirse protagonista repartiendo méritos a sus compañeros y a la afición.
Nos habla de sus hijos, su mujer, sus padres, sus suegros, sus amigos. Con él todos somos familia, su familia celtiña. El traslada ese orgullo a los demás y todos cambian con su presencia. Sus abatidos compañeros se vuelven guerreros, y una afición deprimida vibra de repente cuando él entra en escena.
Iago Aspas es capaz de levantar toda clase de sentimientos, transmite, llora y hace llorar. Incluso ex-célticos se rinden al "Todopoderoso" del Celta. En estos días hemos escuchado o leído toda clase de elogios por parte de jugadores que él mismo admiraba en su niñez. El admirador se volvió admiradísimo.
Catanha, gran goelador celeste en su día, alaba su grandeza, Cañizares le rinde honores, Michu nos recuerda que volvió y Sánchez se escandaliza con su calidad. Jorge Otero se echa a sus pies, su tocayo Bouzón lo identifica con su sentimiento y muchos ex-compañeros nos recuerdan que jugaron a su lado.
El mejor reconocimiento se lo hace Patxi Salinas, quien más que un monumento pide con urgencia un cambio en el himno, que aparezca en él un nombre que siempre se grabará en nuestro corazón: Iago Aspas. Hasta el mismísimo Mostovoi se declaró fan del moañés en su día.
Todo quedará en manos del club, ayuntamiento y un buen escultor. De momento, Iago ya cimienta esa estatua que nos recordará a todos su amor al Celta. Si por un servidor fuera, solicitaría su busto en Balaídos y monumentos en cada provincia gallega, pues es nuestro delantero "Made in Galicia", es nuestro Dios celeste.
domingo, 24 de marzo de 2019
La hora de Fran Escribá.
- Aún estará pensando en hacer valer eso de "entrenador nuevo victoria segura" o agarrarse al ejemplo del "cuatro por ciento" que celebró el celtismo allá por 2014 con Abel Resino de entrenador. Francisco Escribá Segura puede tenerlo más fácil o más difícil, según se vea. El caso es que solamente él tiene la decisión de escribir una nueva página en la historia de las permanencias celestes.
Con Iago Aspas recuperado y unas mejores sensaciones del esquema táctico impuesto por él, el técnico valenciano es consciente de que quedan diez finales en las que el Celta tendrá que hacer frente a Villarreal, Huesca, Real Sociedad, Atlético, Girona, Espanyol, Leganés, Barça, Athletic y por último Rayo. ¿Os imagináis que el Celta se lo juega todo frente al último citado?.
Sería demasiado sufrir, aunque también sería tener serias opciones de mantenerse en la categoría y todo dependería del Celta, en su cancha y con su gente. Ese sería el espíritu que nos trasladaría a aquella campaña 2012\13 en la que el equipo vigués venció al Espanyol en Balaídos.
Decisiones, esas que tiene que tomar un entrenador cuando llega y ve que ha de salvar a un equipo descompuesto y con serios problemas. Aspas será su arma secreta. La reactivación del de Moaña es vital para que Maxi Gómez haga goles, y ya de paso insistir en Boufal y Sisto, dos jugadores que crean peligro.
Escribá parece tener claro el sistema de ataque, pero la defensa está trayendo muchos quebraderos de cabeza en el presente curso. Con la lesión de David Juncà, el entrenador deberá apostar por Kevin o el debut del uruguayo Olaza. Todo apunta a que seguirá confiando en el canterano.
Sus centrales favoritos son Araújo y Costas, aunque Hoedt viene bien para cubrir partidos en ventaja. Parece que el preparador valenciano está carburando a Lobotka, que junto a Yokuslu podrían formar un bloque sólido en la medular. Otras buenas opciones son su tocayo Beltrán y Brais, y los demás jugadores contarán con algunos minutos sueltos.
La pregunta es: ¿Está Iago Aspas preparado para asumir la titularidad después de tanto tiempo inactivo?. Muchos aseguran que sí, pero la última decisión será de Fran Escribá, quien es consciente de que "El príncipe de las bateas" es muy necesario en el ataque celeste.
Según el entrenador, el parón liguero viene muy bien para sentar las bases y preparar el partido ante el Villarreal. Esa será la primera final del equipo celeste dirigido por Escribá, una final que hay que ganar como sea, aunque sea de penalti y en el último minuto.
Todos confiamos en que un entrenador de su experiencia y con grandes conocimientos sobre la Liga Española, nos saque de ese lío que no deja respirar al celtismo. Las diez finales empiezan ya y hay que concentrarse. Es la hora de Fran Escribá.
viernes, 22 de marzo de 2019
¡La porra de esta jornada tendrá premio!
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Mouriño salva y perjudica al Celta.
- La situación está a flor de piel, y todo aquel que antes adoraba al máximo mandatario del R.C. Celta, ahora pide su dimisión. Está claro que no toda la afición opina igual, pero este año lleno de controversias ha hecho que muchos aficionados den la espalda al que no hace mucho evitó la desaparición del club vigués.
Vaya por delante que es incomprensible mezclarse en política y utilizar la casa del celtismo para dar cobijo a un partido político en vísperas de las elecciones. Ninguna clase política debería tener cabida en la sede del Real Club Celta de Vigo, ya sea de izquierdas, de derechas, del centro y de allá arriba, de donde luce el arito de Saturno.
Eso no significa que la labor de este señor haya sido en vano, sobre todo en los años más difíciles del club. Nadie debería cuestionar su celtismo, cuando hay hechos fehacientes de que la cabeza más visible del Celta se ha llegado a rascar su propio bolsillo para evitar una inminente desaparición.
Deberíamos remontarnos a aquellos años anteriores al largo lustro del equipo en Segunda División, cuando Carlos Mouriño se hizo cargo de un club mal gestionado que otrora pagaba fichas inasumibles en los inolvidables tiempos europeos de finales de los noventa e inicios del nuevo milenio.
Mouriño también supo satisfacer al aficionado con pasearse por el reino europeo sin la necesidad de pagar exageradas cantidades de dinero. Es más, el Celta nunca había llegado a dos semifinales en una misma temporada, y esto fue posible durante el ejercicio 2016\17.
El equipo vigués nunca se había plantado en una semifinal de la antigua Copa de la UEFA, y aquel año tuvo serias opciones de pasar a una final de la moderna Europa League si el desagradecido azahar del fútbol no nos hubiera privado de ver puerta en Old Trafford.
Pero Carlos Mouriño estuvo en las duras y en las maduras. Construyó una base firme para que el equipo regresase a Primera, lidiando con los altos cargos de la Federación para poder pagar la deuda céltica hasta no deber ni un céntimo.
Aquel Celta no podía derrochar dinero, pero sí ingeniárselas para retornar a la élite del fútbol español. Para ello, el presidente celeste decidió fichar a un viejo conocido del celtismo, Eusebio Sacristán. Especializado en escarbar en la cantera de grandes equipos, el vallisoletano fue descubriendo a Iago Aspas, Denis, Santi Mina, Hugo Mallo, Jonny, Yoel, Rubén Blanco, Rodrigo...
Todos ellos llegarían a la élite, algunos para seguir en el Celta y otros para saldar las cuentas pendientes con la ley concursal. Con el paso del tiempo, eso le permitió al Celta volver a Primera División y, ya de paso, figurar como uno de los pocos clubes que poseen varios canteranos en el equipo.
Con vena celeste y sangre gallega, el club respaldado por Mouriño fue instalándose en la categoría de los grandes y contó, sin pasarse de precio, con buenos futbolistas que ofrecieron grandes tardes de fútbol a Balaídos... Y la del campo es otra cuestión.
Hace no muchos años, el celtismo pedía a gritos un campo nuevo y unas instalaciones deportivas a la altura de los clubes más grandes del mundo. No entraré en el eterno debate de púgiles,en el que figura el alcalde Abel Caballero y Carlos Mouriño, esto no beneficia a nadie.
Lo que sí puedo asegurar es que Balaídos perteneció al Celta antes de que en los años cincuenta se viviera otra durísima crisis para el club vigués. Mouriño le quiere devolver al Celta lo que es del Celta, ya sea en Vigo o en Mos. Sería fenomenal conservar Balaídos como la casa del Celta, aunque no mediante un usufructo de una morada que se cae a pedazos.
En definitiva. Muchos deberíamos echar la vista atrás y recordar al llamado "Señor Feudal" bajándose de su autocar en un municipio como Éibar para mezclarse y abrazarse con la masa celeste. Eso no lo hace cualquier presidente. Ese tipo de unión y cariño por los colores es lo que puede devolver al Celta a Primera sin necesidad de bajar. El Celta no está muerto, el Celta aún no descendió a Segunda.
miércoles, 20 de marzo de 2019
Situación de la plantilla en caso de descenso.
- La temporada 2018\19 está en su tramo final y muchos se preguntan cuál será la situación de la plantilla en caso de descenso. Hay que tener en cuenta que aún quedan diez jornadas y que no todo el pescado queda vendido, por lo que solo habría que hablar de posibles marchas en el hipotético caso de que el R.C. Celta perdiese la categoría.
Primero habrá que tener en cuenta a los jugadores más caros o aquellos que cuentan con ofertas para salir de la entidad olívica. Maxi Gómez es uno de los que están en la parrilla de salida, pues todos conocemos el interés de Barça y otros clubes de la Premier League.
Hace poco supimos que el uruguayo no tiene rebaja de cláusula en caso de descenso, por lo que su marcha quedará pendiente de las suculentas ofertas que lleguen por él. En un caso parecido está Stanislav Lobotka, quien también cuenta con ofertas desde hace un año.
Otros que se dejan querer, y de ello hemos sido conscientes en los últimos días, son: Okay Yokuşlu, Mathias Jensen y Pione Sisto. Los tres podrían contar con muchas "novias" y así lo han hecho saber a través de diversas entrevistas.
Pero lo que está claro es que nadie contará con tantas ofertas como el ídolo céltico Iago Aspas. Todo quedaría pendiente de su decisión, consciente de que vivirá sus últimos años como futbolista y cualquier contrato sería bueno para afrontar ese tramo final de su carrera.
Algunos que no se pronuncian, y podrían quedarse en caso de la debacle son: Sergio Álvarez, Hugo Mallo, Rubén Blanco, David Costas, Kevin Vázquez, Juan Hernández (cedido en el Cádiz) y Brais Méndez. Todos ellos son canteranos. Brais, jugador internacional, podría contar con muchas propuestas.
Luego están los Andrew Hjulsager, Fran Beltrán, David Juncà, Jozabed Sánchez, Néstor Araújo y Gustavo Cabral. El último no cuenta para el club, así que su salida pende de un hilo. Los demás, tendrán tantas opciones de irse como de quedarse, aunque serían buenos jugadores para afrontar un rápido retorno a la categoría.
Tenemos a los cedidos. Facundo Roncaglia podría quedarse en Valencia, pues cuenta bastante para Marcelino. Claudio Beauvue (en el Caen) es toda una incógnita, al igual que el eslovaco Robert Mazáň, que se halla en el Venezia desde el mercado invernal.
Luego están los prestados por otros clubes. Será harto complicado que el Real Club Celta pudiese hacerse cargo de la ficha de jugadores como Sofiane Boufal y Wesley Hoedt, por lo que ambos volverían a sus respectivos destinos. Más asumibles serían las fichas de Ryad Boudebouz y Lucas Olaza, pero especialmente el uruguayo no cuenta para nadie.
Menos asumible es lo que cuesta tener a Emre Mor en el equipo, y más si tenemos en cuenta su actitud. El turco sería una de las bajas más seguras, al igual que la de Nemanja Radoja, apartado durante todo el curso. Seguramente, Fran Escribà sería una buena opción para volver a Primera, pero todos queremos que el valenciano haga olvidar esta difícil hecatombe de salidas sacando al Celta de los puestos rojos.
lunes, 4 de marzo de 2019
Miguel Cardoso: Compromiso con pésimos resultados.
- José Miguel Azevedo Cardoso
- Nacido en Trofa (Portugal), el 28 de mayo de 1972
- Temporadas en el Celta: 2018\19 (1)
- Equipos: R.C. Celta de Vigo \ F.C. Nantes \ Río Ave.
- Quizás fue muy precipitado contratar a un entrenador con escasa experiencia en los banquillos y mucha como asistente técnico, sobre todo si tenemos en cuenta que el encargado de dirigir un vestuario tiene que enderezar el rumbo de un club amenazado por el descenso con nulos conocimientos de la Liga Española. Tampoco se le puede culpar a él de todo.
La estancia de José Miguel Azevedo Cardoso en Vigo duró apenas cuatro meses. Llegó al Celta para suplir a un Antonio Mohamed con el que no se tuvo paciencia y al final fue peor el remedio que la enfermedad o, como también se suele decir, "se fue de Guatemala a Guatepeor".
El portugués gozó de más oportunidades que su antecesor, y más si estudiamos la situación y nos damos cuenta de que el Celta perdió contra varios rivales directos que optaban al descenso. Él contaba con el apoyo del club, impulsado sobre todo por los jugadores que, por lo visto, todos estaban con él. El resultado: la peor racha de un entrenador céltico y a dos puntos de los puestos rojos.
- Natural de Trofa, una localidad lusa muy cercana a Galicia, Cardoso llegó a reconocer que cuando era pequeño, sus padres solían llevarle mucho a Galicia para comer marisco y admirar los paisajes de sus lares. Al final acabó trabajando allí, muy cerquita de casa, pero su estancia en Vigo duró lo que duran las vacaciones de una familia adinerada, incluso algo menos.
Su historial hablaba muy bien de él. Políglota, estudioso del fútbol y con una preparación a nivel de experto. Nunca se dedicó al fútbol como jugador profesional, pero su formación académica para el deporte no deja lugar a dudas. Es Licenciado en Ciencias del Deporte por la Universidad de Porto, incluso tiene un Máster. Su dedicación en los campos de entrenamiento se inicia en las filas del Oporto, ejerciendo como técnico del equipo juvenil. Mientras continuaba ejerciendo como profesor de Educación Física en una escuela de Trofa, Miguel siguió adquiriendo conocimientos en el fútbol base del club de Porto, en el que llegó a permanecer casi una década. Posteriormente daría el salto al equipo filial para trabajar como preparador físico y asistente.
A partir de entonces, el técnico luso decidió seguir dedicándose a las labores de ayudante, pasando por clubes como Os Belenenses, Sporting de Braga y el también Sporting de Portugal. Tras aquella etapa en Lisboa, Cardoso viaja al país vecino para ingresar en las filas del Deportivo de La Coruña para seguir cumpliendo con la misma faceta. Más tarde, el haber entrenado en la ciudad herculina le jugaría una mala pasada en su presentación como entrenador del Celta, confundiendo el nombre del equipo vigués con el del Deportivo.
Pero antes de aterrizar en Vigo, Miguel Cardoso emprendería su nueva aventura en solitario dirigiendo al Río Ave en su Portugal natal. Allí estaría una temporada en la máxima categoría lusa, clasificando con éxito al conjunto de Vila do Conde en un quinto puesto que dio el pase a la Europa League.
En vista de su buena labor en Portugal, la directiva del Nantes decidió hacerse con sus servicios. Sin embargo, en Francia no pasaría de las ocho jornadas, siendo sustituido por el bosnio Vahid Halilhodžić tras una nefasta racha de cuatro derrotas, tres empates y tan solo una victoria.
En Vigo ya eran conscientes de su último fracaso en la Ligue 1, y aún así, la directiva de Carlos Mouriño prefirió tener en cuenta su pasado en el Río Ave y esos conocimientos que recoge de su iniciación técnica. Mohamed sería cesado tras una derrota local ante el Madrid (2-4), y el 12 de noviembre de 2018, ya se conocía el nombre de su sucesor: José Miguel Azevedo Cardoso.
Cardoso duró trece jornadas como entrenador celeste. |
Pese a aquel irrelevante incidente, Cardoso se mostró muy ilusionado con su nueva etapa como entrenador del R.C. Celta. Aquel equipo que con Mohamed optaba a ganar un título, debería conformarse con hallar la salvación, y si se puede permitir el lujo una vez confirmada la permanencia, soñar con los puestos que dan derecho a competir en Europa.
Miguel se puso rápidamente el mono de trabajo y preparó a conciencia su estreno ante la Real Sociedad. Dicho debut se produciría en Anoeta, el 26 de noviembre de 2018. Corría la decimotercera jornada, mal número para empezar. El técnico portugués no haría valer ese dicho futbolístico tan popular que dice "nuevo entrenador, victoria segura", nada más lejos de la realidad. Pese a que la imagen del equipo fue buena, el equipo txuriurdin ganaría por 2-1. En la siguiente jornada trabajaría su primer triunfo como celeste, en una trabajado partido que el Celta se llevó tras imponerse por 2-0 al Huesca, ambos goles de Iago Aspas.
Después vino su primer y único partido de Copa. Cardoso prefirió "tirar" la competición copera sacando un once atípico ante la Real Sociedad, algo que nadie le reprochó al darse mayor prioridad a la situación liguera. Fue todo un acierto, pues la escuadra olívica sacaría una valiosa victoria de El Madrigal al vencer al Villarreal por un sufrido 2-3. El cielo parecía despejarse.
Huesca y Villarreal serían los únicos rivales directos a los que el portugués supo ganar la partida, pues a partir de entonces llegarían los malos resultados. Primero un empate en Balaídos ante el Leganés, y posteriormente llegarían cinco derrotas consecutivas ante Barça, Athletic, Rayo, Valencia y Valladolid. Cuatro de esos rivales eran rivales por el descenso en esos momentos, y todos salieron airosos.
El Celta de Cardoso actuó de equipo aspirina para sus rivales, concediendo victorias a equipos que despegaban mientras el conjunto celeste se hundía. La directiva mostraría su confianza en el entrenador a expensas de lo que ocurriera en Balaídos frente al Sevilla, y un Celta engañoso vencería por 1-0.
- La cosa iría a peor. Iago Aspas, que llevaba lesionado desde la visita al Nou Camp, recaería de su lesión tras otra derrota en Getafe. Durante el calentamiento de una dolorosa derrota local ante el Levante, el jugador recaería con un diagnóstico preocupante que le apartaría de los terrenos de juego un mes más. Mientras, el cuadro levantino humillaría a los célticos con una derrota por 1-4.
Vale que al Celta le faltaba Iago, vale que los arbitrajes no favorecieron en ocasiones, pero lo que sí quedaba claro es que el equipo mostraba una imagen penosa jornada tras jornada, y mientras Cardoso seguía haciendo experimentos con gaseosa. Defensa de cinco hombres, Brais en punta, apoyo total con jugadores como Jozabed y Juncà... Eso acabó por cansar a la afición, y el club no tendría más remedio que cesar al portugués tras la última derrota en Ipurua con el Éibar como rival (1-0). Otro competidor que escapa.
Ese partido ante el Éibar, ese maldito número trece de la jornada señalada marcaría su final como entrenador de un equipo necesitado de puntos. A Cardoso se le notaba desquiciado, consciente de que la situación se le iba de las manos, que ya no había nada que hacer.
Trece jornadas con ocho derrotas, dos empates y tres victorias, cuatro puntos de treinta posibles y el celta a dos puntos del descenso amenazado por Huesca, Villarreal y Rayo. A Miguel Cardoso se le acabarían los créditos y ya no le serviría ni el apoyo de la plantilla. Una de las peores rachas del Celta en Primera acabaría con su etapa en el banquillo de Balaídos, donde no se sentaría jamás.
El 3 de marzo se conoce su sucesor, Fran Escribá. Éste tendrá que lidiar con una complicada situación causada por una mala gestión del club. Tampoco se le puede culpar de todo al portugués, ya que sabido el delicado estado del Celta en Liga, lo mejor hubiera sido buscar un entrenador con experiencia en la categoría, y no fue así.
De lo que tampoco se le puede acusar es de falta de compromiso. El de Trofa siempre se mostró entusiasmado con el equipo y la ciudad, pero las constantes cabezonerías de contar con jugadores inadecuados o la manía de modificar posiciones y esquemas en el campo, ha hecho que el portugués se marchase sin cumplir con el objetivo. Solo queda agradecer su compromiso y desearle suerte allá donde vaya.
Como técnico celeste, Miguel Cardoso acumuló ocho derrotas, dos empates y solo tres victorias. |
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